INFORME SILLA VACÍA
PROTEGIENDO EL ECOSISTEMA DEL QUINDÍO
Hace 10 años Barbas y Bremen eran divididos por un cordón vial que va desde Filandia hasta la Autopista del Café entre Armenia y Pereira y que evitaba el paso de muchos animales de un ecosistema a otro y que en muchas ocasiones terminaba en animales atropellados.
Surgió entonces la idea de crear un proyecto llamado “corredores biológicos” o túneles vegetales que -al ser poblados con las mismas especies- terminarían entretejiendo los dos bosques y se convertirían en pasadizos para los animales y las semillas.
Corredor biológico de los monos aulladores
Éste fue el primer proyecto del instituto Humboldt, “No sólo fue innovador acá. Fue el primer proyecto de corredores que se hizo en Suramérica y muy probablemente en toda América Latina”, cuenta el ecólogo Luis Miguel Renjifo.
Y aunque no ha sido un proyecto sencillo, han tenido que lidiar con los vecinos, dueños de estas tierras y ofrecerles un descuento del 30 por ciento en el impuesto predial.
El Banco Mundial y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) pusieron la plata para hacer los corredores, el gobierno holandés la de los paisajes rurales y la Fundación MacArthur gringa financió la estrategia de trabajo con las comunidades.
Sin embargo desde que se le entregó la licencia ambiental a un proyecto de tendido eléctrico de la Empresa de Energía de Bogotá, los temores de que el proyecto pase por en medio de esta zona se sumaron a una creciente tensión social en Quindío y Risaralda.
Es común ver por toda esta zona monos aulladores, armadillos, gallitos de roca y hasta especies amenazadas como la pava caucana, pero es necesario luchar con más ímpetu por la conversación de nuestras especies que son la riqueza de nuestra nación.
Fuente: https://lasillavacia.com/historia/el-pueblo-que-se-levanta-por-sus-barbas-48458